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La soledad del poder absoluto
“La clemenza di Tito es una obra sublime de principio a fin, que demuestra claramente que Mozart, cuando acepta un encargo es incapaz de no emplearse a fondo en él”. Max Genévez
Una historia de amor, traición y arrepentimiento en la que triunfa finalmente el perdón. La soledad del poder absoluto, de un monarca ejemplar y benefactor, traicionado y envuelto en un complot político. Las intrigas en las altas esferas del poder son las que llevan a Vitelia, una mujer rencorosa y manipuladora, a incitar a Sesto a conjurarse contra su amigo el emperador Tito.
La Clemenza se estrenó en 1791 en el Teatro Nacional de Praga para homenajear al emperador Leopoldo II durante la ceremonia de su coronación. La obra, que algunos han considerado anticuada, deudora de la Reforma gluckiana y estática desde un punto de vista teatral, tiene sin embargo formidables hallazgos y una música de una enorme belleza.
Mozart nos ofrece, en su última ópera, su potencial dramático y la más elevada inspiración poética.
16 de diciembre a las 19:00hs | 18, 20 y 22 de diciembre a las 20:00hs
Ópera de Oviedo
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Reparto
Tito: Alek Shrader
Vitellia: Carmela Remigio
Servilia: Alicia Amo
Sesto: Daniela Mack
Annio: Anna Alàs i Jové
Publio: Josep Miquel Ramón
Ficha técnica
Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias
Coro de la ópera de Oviedo
Autor: Wolfgang Amadeus Mozart
Formato: Ópera en dos actos
Libreto: Pietro Metastasio, adaptado por C. Mazzolà
Duración: 2:45 incluida una pausa de 25m
Estreno: Teatro Nacional de Praga, el 6/8/1791
Producción: Opéra de Lausanne
Dirección musical: Corrado Rovaris
Dirección de escena: Fabio Ceresa
Diseño de escenografía y vestuario: Gary McCann
Diseño de iluminación: Ben Cracknell
Dirección del coro: Elena Mitrevska
Sinopsis de la obra
ACTO I
Cuadro 1
Despechada por el anuncio de que Tito va a casarse con la extranjera Berenice, Vitellia hace jurar a su amante Sesto que urdirá una conspiración para asesinar al césar, a lo que Sesto se pliega pese a su incondicional admiración por Tito. Annio llega entonces con el anuncio de que Tito ha decidido finalmente tomar una esposa romana en lugar de Berenice, lo que hace a Vitellia desistir de su criminal propósito. Una vez solos, Annio pide a Sesto que interceda ante Tito para casarse con Servilia, la hermana de Sesto, a lo que este accede.
Cuadro 2
Publio anuncia la decisión del Senado de erigir un templo en honor de Tito, pero este rechaza el ofrecimiento, destinando los fondos a los damnificados por la erupción del Vesubio. Sesto y Annio esperan la ocasión de hablar con Tito: este, anticipándose, les comunica su decisión de tomar a Servilia por esposa, lo que el compungido Annio comunica luego a la muchacha, que, sobreponiéndose a sus sentimientos, se dispone a aceptar su destino.
Cuadro 3
Servilia abre su corazón ante el césar: acatará fiel y devotamente su voluntad, pero su amor es de Annio. Tito, conmovido por su sinceridad y por la lealtad de aquel, la libera de su promesa. Entre tanto, Vitellia, furiosa por no haber sido escogida por Tito, cubre de injurias a Sesto por no haber cometido aún el magnicidio. Cuando Sesto parte camino de su terrible misión, regresa Publio con la noticia de que Tito ha elegido finalmente a Vitellia, quien, al conocer la noticia, se debate entre remordimientos.
Cuadro 4
Se ha incendiado el Capitolio: Sesto, que ha urdido la traición para poder cumplir su plan amparado en el tumulto, se debate entre su sumisión a Vitellia y su respeto por Tito; finalmente, marcha decidido a asestar el golpe mortal. A su regreso, se encuentra con Servilia, Annio, Publio y Vitellia, a los que informa de la muerte del césar bajo el hierro homicida: la conciencia de la infamia sume a los allí congregados en la consternación más profunda.
ACTO II
Cuadro 1
Annio sostiene ante Sesto que Tito no ha muerto, pero Sesto, que ha visto caer al césar bajo su puñal, no lo cree y se desprecia por su traición, al extremo de confesar su crimen a Annio. Entra Vitellia y hace prometer a Sesto que jamás revelará que ella instigó la conjura. Publio llega al frente de la guardia y arresta a Sesto bajo la acusación de regicidio frustrado: Sesto atacó a su cómplice Léntulo tomándole por Tito, y su confesión, ya al borde de la muerte, lo ha desenmascarado.
Cuadro 2
El Senado ha condenado a Sesto a las fieras: Tito conoce la sentencia de labios de Publio, consternado ante la evidencia de la traición de quien creyó su amigo. Sesto se confiesa único responsable de los hechos, encubriendo así a Vitellia. Ya a solas, Tito se ve incapaz de firmar la sentencia y decide finalmente perdonar a Sesto. Entre tanto, Annio y Servilia logran convencer a Vitellia para que confiese ante el césar su culpa.
Cuadro 3
Tito, frente a la multitud, manda traer a Sesto para hacer público su perdón. Vitellia llega entonces e, ignorante de la decisión del césar, implora su indulgencia echándose a sus pies: Tito, al comprobar la dimensión de la ignominia, está a punto de vacilar en su noble propósito pero, movido por su generosidad, perdona definitivamente a los juramentados, mientras el pueblo alaba jubiloso su clemencia.
10 datos sobre La clemenza de Tito
1. El destino de La clemenza di Tito era servir de acto principal durante la ceremonia de coronación como rey de Bohemia de Leopoldo II de Habsburgo (1747-1792). Mozart tuvo que componerla en solo seis semanas, al aceptar el encargo que había declinado un Antonio Salieri desbordado de trabajo.
2. Hasta la misma víspera del estreno estuvo Mozart ultimando la ópera, dejando para el final, como era su costumbre, la composición de la obertura.
3. Mozart moría tres meses después del estreno de La clemenza di Tito. Su inesperado fallecimiento le otorgó un reconocimiento post mortem que en vida se le había negado.
4. Cuando recibió el encargo de La clemenza de Tito, Mozart ya había terminado La flauta mágica, a excepción de la obertura y de la marcha de los sacerdotes. Mientras el estreno de La flauta mágica triunfaba en Viena el 30 de septiembre de 1791, en Praga se volvía a representar La clemenza di Tito en una sala abarrotada de un público entusiasta.
5. La acogida en Praga fue más bien modesta. El día del estreno la emperatriz María Luisa definió La clemenza di Tito como “una porquería alemana”. Sin llegar al severo juicio de la emperatriz, la crítica consideró durante mucho tiempo a esta ópera como una obra menor.
6. Sin embargo, en pocos años la ópera fue consiguiendo abrirse paso en los teatros más importantes de la órbita germánica, incluida la ópera de Viena. En la década de 1830, La clemenza di Tito se había convertido en la ópera más popular de Mozart.
7. La elección de un libreto tan exitoso, escrito por Metastasio 57 años antes, respondía tanto al gusto de Leopoldo II como a una estrategia propagandística en beneficio de su imagen. Para muchos asistentes resultaría fácil atribuir al nuevo rey las mismas virtudes mostradas por Tito en la ópera.
8. La clemenza di Tito contiene algunas las notas más difundidas de La flauta mágica y del Réquiem, y, desde este punto de vista, se puede considerar que, pese a ser tan diversas, son tres grandes partituras interrelacionadas y con simultaneidades temporales.
9. Al componer esta ópera, Mozart se encuentra en una situación crítica y está al borde de la ruina, como él mismo cuenta en las cartas que escribió a su compañero de masonería Johann Michael Puchberg para pedirle dinero.
10. Los referentes masónicos son tan abundantes en La clemenza di Tito como en La flauta mágica: véanse las tonalidades, las células rítmicas, el protagonismo del clarinete y el corno di bassetto, o el propio argumento, que ensalza las cualidades de un soberano coronado de todas las virtudes, clemente e ilustrado. Es decir, el modelo masónico de gobernante.