El clarinete klezmer – Concierto Orquesta Sinfónica de Bilbao

Raíces de este

En la música de Liszt lo universal siempre tuvo más fuerza que lo nacional, lo cual puede sorprender si tenemos en cuenta que su carrera transcurrió en un momento en el que las regiones del este empezaron a responder a la hegemonía de la música alemana con el florecimiento de las primeras escuelas nacionales, entre las que la húngara estaba llamada a cumplir un papel importante. Pero Liszt se fue muy pronto de casa y viajó por tantos países que acabó por no pertenecer a ninguno, por lo que su revolución se hubo de hacer desde el interior de la música, desde la forma, desde la armonía, desde su vocación de futuro y su visión unificadora de las artes de todas las épocas. Tan trascendente era su mirada que lo nacional quedaba inevitablemente abandonado a la forma breve. Es ahí donde aparecen sus 19 Rhapsodies Hongroises para piano, en las que melodías zíngaras que él mismo recopilaba se introducían en ambientes de virtuosismo espectacular, de ritmos trepidantes, pero tratando siempre de respetar su esencia. Según sus palabras, “si un artista europeo, mediante la adivinación simpática, se identifica con el espíritu imperante en este arte, tal vez consiga recitar las canciones, coordinarlas, recopilarlas e interpretarlas con el mismo sentimiento que las ha concebido”.

Leer más

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies y Google Analitycs para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas, y de nuestra política de cookies, privacidad y RGPD ACEPTAR
Aviso de cookies