Puede que Nueva York sea la ciudad que nunca duerme, pero San Petesburgo es la ciudad donde el sol nunca se pone, al menos en verano. Cada año, entre los meses de mayo y junio, el sol apenas cruza la línea del horizonte, lo que se refleja en las «Noches Blancas» donde el cielo se inunda de colores morados y azules, pero nunca negros y mantiene a la ciudad en vela. Para celebrar este fenómeno espectacular, los habitantes de la ciudad se reúnen en los teatros y locales de música donde disfrutan de eventos musicales, ballet y ópera.